Adamar Lluch: ·18· The Price of Evil

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Puede que os preguntéis el por qué del título de este post y la frase inicial. Asimismo, cuando leáis lo que he dejado escrito a continuación, también entenderéis por qué aparezco con un violín. Allá van mis respuestas:

He escogido este título y esta frase, que traducido a castellano significa "El precio del diablo/El precio del mal" y "Ahora tu pesadilla vuelve a la vida", porque según cuenta la leyenda, una noche de 1713, Giuseppe Tartini, un virtuoso violinista de su época, se obsesionó en encontrar la composición musical perfecta. Llegó una noche en la que el diablo se le apareció en sueños y le propuso un trato: le otorgaría un violín con el que tocaría la melodía perfecta a cambio del alma del músico. Tartini, ansioso y cegado por su gran ambición en busca de la perfección, no se lo pensó dos veces. Entonces, el diablo empezó a tocar una grandiosa melodía, fascinante, con una destreza y facilidad que el propio Tartini quedó impresionado al escuchar aquellas notas emanando de un ser que, todos decían que era horrendo y malicioso.

Al despertar al día siguiente, Tartini recordaba la melodía perfectamente y comenzó a escribirla en un pentagrama. Cuando terminó la sonata, se percató de que había un nuevo objeto en su habitación. Era un violín, el más hermoso jamás visto por el ojo de hombre, de color caoba, y que desprendía algo mágico, algo que hechizaba. El músico cogió el violín y ensayo la sonata una y otra vez, pero algo no salía como él deseaba. Aún así, Tartini no paró de tocar en todo el día, obsesionándose y olvidándose incluso de sus obligaciones; aunque nada era igual, ya que sus notas no transmitían la divinidad y bondad que transmitió el diablo mientras la tocaba. Finalemente, Tartini enloqueció y se suicidó, frustrado ante la imposibilidad de repetir la sonata.

¿Por qué Tartini no consiguió interpretar la melodía tal y como la había escuchado? Muy fácil: nunca intentes imitar a la perfección en estado puro, puesto que un ser imperfecto como el ser humano nunca logrará igualar una melodía que contiene la esencia de la maldad y la perfección del diablo.

Debido a que desde tiempos remotos se considera al violín el instrumento musical por antonomasia del diablo (por el ímpetu y locura que muestran algunos músicos al tocarlo) Tartini tituló a la sonata que lo condujo a la locura como Trino del Diablo.

Aquí os la muestro. Sí, lo sé, son bastantes minutos, pero no tiene desperdicio; además podéis disfrutar escuchando los maravillosos trinos, de ahí que el título de esta sonata se llame así.